Vitamina E: ¿Por qué la amamos?

Conocida como la vitamina de la juventud debido a sus propiedades y beneficios, la Vitamina E se ha popularizado como un poderoso antioxidante que ayuda a proteger los ácidos grasos del cuerpo y combatir el envejecimiento de las células. ¿Quieres saber más sobre esta poderosa vitamina? Sigue leyendo a continuación:

Sus propiedades le permiten reducir los síntomas del deterioro que nuestro cuerpo sufre mientras pasa el tiempo. Este tipo de vitamina liposoluble se acumula en el tejido adiposo, para que el organismo recurra a ella cuando sea necesario. Entre sus mayores beneficios se encuentran:

 

Es un gran antioxidante

Este podría ser una de las propiedades más conocidas de la vitamina E y es por lo mismo que se la asocia con ser uno de los componentes que más aportan para mantener la juventud y belleza de nuestra piel.

Protegiendo las células de los radicales libres que causan la degeneración de los tejidos, es como combate el envejecimiento prematuro. ¿Cómo conseguir esto? Lo ideal es que incorpores este nutriente a tu dieta, puedes encontrarlo en alimentos y fuentes como:

Aceites vegetales, cereales integrales, yema de huevo, la palta y la papaya, legumbres y frutos secos, verduras de hoja verde y pescados.

De igual manera puedes aplicar este componente sobre tu piel a través de mascarillas o capsulas de vitamina E, pinchándolas con una aguja y utilizando su aceite sobre el rostro dejándolo actuar durante la noche.

Ayuda con la cicatrización

Gracias a su capacidad para fomentar la formación de fibras elásticas y de colágeno, ayuda a obtener una cicatrización adecuada, beneficiando por ejemplo, en caso de quemaduras. Siendo especialmente útil en situaciones relacionadas con los efectos del sol.

Diurético

La vitamina E se conoce por favorecer a quienes sufren problemas de circulación, evitando calambres y la pesadez, al igual que por ser un excelente diurético.

En cuanto a las personas que sufren de diabetes, el consumo de este componente puede ayudarlos a la hora de regular los niveles de azucar.

Entre otro de sus beneficios se encuentra la regulación de postanoides, compuestos clave en el proceso reproductivo.

 

 

 

 

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