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Niksen, la ‘inactividad consciente’ que pasó de lo conceptual a la decoración
Vivimos en la cultura de la ‘ocupación’: hacer, hacer, hacer y estar constantemente activos, cumpliendo una lista considerable de tareas y sometidos a un sinnúmero de estímulos. Hay un concepto que nos llama a la pausa, se trata del término holandés Niksen, que nos invita a detenernos, reflexionar y del silencio. ¿Qué tiene que ver esto con la decoración? Sigue leyendo y descúbrelo.
El término holandés Niksen considera necesaria la inactividad para apaciguar la mente, recuperar la productividad, la eficacia y agilidad mental. También se le conoce como el arte de no hacer nada. Sí, nada. No se trata de instalarse a ver televisión, escuchar música, u ordenar la casa, sino de instalarse en el sofá, disfrutar un baño de tina, etc. ¿Es lo mismo a la meditación? No necesariamente. Niksen es un llamado a la pausa, una en la que pueden existir pensamientos, pero que implica un estado físico y mental de reposo.
“La idea es ralentizar el flujo constante de pensamientos, sensaciones y ruidos mentales haciendo que nuestra mente pueda descansar y abrirse para tomar más en cuenta el entorno en que se encuentra” explicó a Smoda Dharmakirti Zuázquita, el director de Respira Vida.
Crea un rinconcito Niksen en casa
Para ponerle un poco de pausa a tu vida, no es necesario complicarse ni ponerse estrictamente Zen. Basta con elegir muebles y elementos decorativos de líneas sencillas y depuradas, ya que cuando baja el ruido de la mente, sube el volumen de todo lo demás: la conciencia corporal, el entorno, las emociones y también la creatividad.
Es importante que en el lugar en donde practiquemos Niksen sea un espacio amable y sencillo, con piezas de materiales nobles como la madera, algodón, o cristal; y con texturas y colores delicados.
La paleta de colores que promoverá la idea del Niksen debe ser sin estridencias, ojalá en sintonía con la naturaleza, la relajación y el equilibrio: gris piedra, azul alga, rosa palo, blanco roto, mostaza o arena, son algunas de las tonalidades que inspirarán la calma.
Permítete simplemente estar, disfrutar de actividades ‘no productivas’ como mirar por la ventana o sentarte al aire libre. Date permiso para estar tranquilo. Tu mente lo va a agradecer, te vas a energizar y de paso te ayudas a terminar el año con más energía.
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