Lady Gaga, del rupturismo y la teatralidad a una esencia sencilla y sofisticada

Desde que lanzó su primer álbum en 2008, su fama ha sido imparable y, si hay alguien que ha evolucionado en cuanto a estilo, es ella. A lo largo de los años, la cantante, y hoy también actriz, ha demostrado que lo que en un comienzo ella imponía con extravagancia, exceso y rupturismo, ha mutado para crear una impronta más pulida, de carácter misterioso, pero siempre con ese toque de teatralidad que la llevó a ser reconocida mundialmente. 

Además de haber ganado 13 Grammys, 1 Oscar y muchos otros galardones, haber participado en la película a Star Is Born junto a Bradley Cooper (la cual marcó un nuevo capítulo en cuanto a la concepción de su estilo a nivel global), haber creado su propia, y aclamada, marca de maquillaje Haus Labs, hoy se convierte en la nueva Harley Quinn. 

Lady Gaga es una de las pocas artistas que ha tenido momentos donde la moda ha marcado su carrera musical de forma impactante. Y si bien, lo que en un comienzo eran pelucas estrafalarias, maquillajes exacerbados, vestidos de látex, trajes realizados con carne cruda o vestidos con forma de huevo, ya sea para sus videos musicales o para las alfombras rojas, en el presente deslumbra con una silueta más sencilla, donde prima la alta costura. 

A través de este cambio, bastante drástico, ha demostrado que sus decisiones arriesgadas, sin miedo a probar nuevas tendencias y salir de la zona de confort, la llevaron a convertirse en un ícono de glamour, donde el talento es su mayor herramienta.