Entrevista a Antonia Bulnes: “Gracias a Cranberry he aprendido a perseverar”

Cranberry existe hace ya 8 años y mientras caminamos hacia la primera década, hablamos con una de sus fundadoras, Antonia Bulnes (30), sobre el aprendizaje que ha significado emprender con este proyecto, los cambios en la industria de la moda y las comunicaciones y cómo este proyecto ha cambiado su vida personal, en términos de gustos y estilo de vida.

Cuando aún no existían los influencers, hace más de 8 años años atrás, Josefina Pooley, filósofa y con experiencia en desarrollo de emprendimientos web, tuvo la idea de crear algo que canalizara ese deseo, impulsivo a veces, que tenemos las mujeres cuando nos gusta una prenda de ropa. De esta manera surgió el proyecto de una plataforma digital que pudiera concretar este ‘lo quiero, lo compro’ y a la vez crear una comunidad de mujeres que tuviesen la pasión por la moda como algo en común.

“Así nació la idea de lograr disfrutar de la moda y generar feedback entre las usuarias, que son personas reales, influyentes, no solo personalidades conocidas”, cuenta la ingeniera comercial y socia fundadora de Cranberry Chic.

¿Cuál ha sido el principal desafío durante estos años?

Ufffffff desafíos ha habido muchos, de hecho, este camino ha estado lleno de ellos, poner en marcha este proyecto significaba andar por un camino poco explorado y un mercado que sigue en desarrollo. El principal desafío que tuvimos que sortear fue transformar la idea original en un negocio rentable en Chile ya que se podría decir que ‘llegamos antes’ de que el mercado  entendiera el verdadero valor de nuestra propuesta. Este mismo gran desafío es hoy nuestra principal ventaja, haber llegado primero.

¿Hubo que educar al público/usuarias o fue un proceso más natural?

Este ha sido un camino más lento donde hemos tenido que ir ‘evangelizando’ al ritmo que las marcas van re-comprendiendo hacia dónde va el marketing hoy.  Gracias a la perseverancia, hemos logrado mantenernos en tiempos difíciles y llegar a lo que somos hoy, una marca que ya es conocida y validada en el medio. Al mismo tiempo somos un medio, pero estos hoy son diferentes a los de años atrás. Hoy, el principal foco son las redes sociales y los medios digitales, la gente ya no consume publicidad directa pero sí contenido real y creíble… es por eso que el desafío es mucho más grande. Gracias a todo este recorrer junto a Cranberry hemos entendido la forma de consumo de contenido de las nuevas generaciones, lo que nos ha permitido estar bien paradas para desarrollar una comunicación y contenido que impacte de forma positiva a nuestra comunidad.

¿Con qué marcas trabajan?

Las principales marcas de la industria han reconocido nuestro trabajo y es algo que me llena de orgullo, algunas de ellas son Mercedes-Benz, Samsung, Falabella y Nike, con las que estamos armando cosas interesantes.

Empezaste con tan solo 22 años en este proyecto, ¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje?

Sin duda la perseverancia. La verdad es que me sorprende como, junto a mi socia, en tiempos cuando todo se veía perdido, seguimos adelante con una convicción impresionante. Cuando empecé, estaba acostumbrada a que las cosas salieran más fáciles y creo que esto ha sido un gran auto-aprendizaje para mí, en el sentido de no rendirme cuando se cierra una puerta, porque logras abrir otras al final. Ahora me siento mucho más preparada para los desafíos de la vida.

Trabajando en moda por tantos años, ¿han cambiado tus comportamientos como consumidora?

¡Claro que han cambiado!, yo creo que en parte es por trabajar desde dentro, y porque también he crecido y madurado bastante estos años, he definido mis gustos, mi estilo… cuando partí era ¡muy chica! (ríe) tenía apenas 22 años y estaba saliendo de la universidad. Antes era bien inconsciente a la hora de comprar, ya no me mareo con cada novedad o lanzamiento. Antes me las creía todas, hoy sé lo que me queda bien, compro conscientemente y busco cosas buenas y duraderas, solo me tiento con alguna que otra prenda en tendencia, soy más de mantener una buena prenda por muchas temporadas.

 Para el desarrollo de tu trabajo, ¿hay cosas en tu vida que adquirieron una importancia que antes no tenían?

Lo que más valoro hoy, y que antes no tenía, es mi equipo de trabajo. Hoy tenemos un team en el que cada una es muy buena en lo que hace, logramos tener roles bien definidos, y me alegra saber que cuento con profesionales que no solo son capaces, sino también son confiables y buenas personas. Eso es algo que nos ha costado mucho construir y que ha sido fundamental para el crecimiento de Cranberry Chic y para mí. Me permite dedicarme a lo que debo y no estar todo el día preocupada de tareas que no son mi expertise y que me hacen perder el foco.

 

¿Y si nos ponemos más superficiales, hay objetos, prendas, etc. que se han vuelto una necesidad en tu día a día?

Sorprendentemente me he vuelto muy tecnológica. Por razones obvias el computador y el celular se han vuelto casi mis manos, paso con ellos gran parte de mi día, enchufada desde donde esté. Antes tenía todo Apple, no sé por qué, no conocía otra cosa. Pero precisamente por mi trabajo tuve la oportunidad de conocer el sistema Android y fue un camino de ida. Hoy todos mis elementos tecnológicos son de Samsung, me gustó mucho, las baterías duran siglos y las fotos son sensacionales. Otra cosa que cambió es que le doy mucha más importancia al auto que uso, paso la mitad del día arriba manejando, entre reuniones, eventos, trámites, etc. Tengo un Mercedes-Benz a200, ¡el nuevo! Y me creo la muerte (ríe), porque me subo y, a través de ‘Android Auto’, todo lo de mi teléfono se conecta a la pantalla de mi auto y desde ahí manejo Whatsapp, Spotify, Waze, mails, ¡todo! Al final son cosas que mejoran la calidad de vida y que como con la ropa, inviertes una vez y te durará años.

¿Cómo proyectas los próximos pasos de Cranberry Chic?

Estamos creciendo con fuerza, quiero que sigamos consolidando la marca, sueño con que el equipo siga aumentando y no les puedo contar más, porque estamos trabajando en varias novedades que por ahora las prefiero mantener en secreto… ¡pero ya les contaré!

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